viernes, 17 de febrero de 2012

Monumentos en Vigo - 6

PUERTA DEL ATLANTICO



Este monumento es un homenaje a los emigrantes gallegos que salieron del puerto de Vigo hacia América. 



Está compuesto por tres elementos complementarios por proceder los tres de un mismo bloque granítico. El principal es un arco o puerta en medio de un estanque de 38mts de diámetro situado en medio de la Plaza de América.


El segundo está situado al principio de la Gran Vía. 
















Y el último de estos elementos a principio de la avenida Castelao.






















Las tres piezas fueron diseñadas, cortadas y tratadas en una cantera de Porriño, y forman parte de un mismo bloque de granito rosa de Porriño. La puerta, elemento principal, pesa 427 toneladas.






La Obra fue realizada por el artista Pontevedrés Silverio Rivas. Nacido en Ponteareas, en 1942.



Del mismo Artista, y en la ciudad de Vigo podemos apreciar un par de esculturas mas.









"Horizonte para o sol"
Situado en la rotonda de entrada al CUVI










"BICENTENARIO"
Esta escultura se encuentra justo en el cruce de la calle venezuela con la subida al castro, prácticamente enfrente del ayuntamiento, y se inauguró para celebrar el bicentenario de la Ciudad de Vigo. Es una interpretación personal del Olivo, en el que están representadas todas las parroquias de Vigo. 
Está realizada en acero y mide 5 metros de altura.







"Monumento ás Vítimas da Represión"
Esta Obra está situada en la Alameda de Tuy (ciudad de residencia del escultor) en memoria de los represaliados del Baixo Miño en 1936.

jueves, 16 de febrero de 2012

Vigo - Fortaleza de O Castro

La fortaleza de O Castro formaba parte del sistema defensivo de la ciudad, junto con las murallas (hoy desaparecidas) y la fortaleza de San Sebastián, al lado del edificio consistorial, desde donde se dominaba la entrada de la ría. Los proyectos de fortificar Vigo se remontan al siglo XVI, debido a los frecuentes ataques que sufría la ciudad, sobre todo por parte de los ingleses. Pero no fue hasta 1665, en plena guerra con Portugal, cuando se iniciaron los trabajos de fortificación. 

Se construyó una muralla irregular, debido a la orografía, que rodeaba la ciudad, abierta por varias puertas y defendida por tres baluartes. En la parte más alta se encontraba el fuerte de San Sebastián. Tras el asedio de 1665, el capitán general de Galicia ordena completar las obras y fue entonces en 1666 cuando el coronel ingeniero Fernando de Gourannanbergue y el maestre de campo Diego Arias Taboada elaborarón un intenso plan de fortificación y unión de las fortalezas del O Castro y de San Sebastián. A juzgar por los escritos de la época la ciudad nunca quedó bien defendida, pues la fortaleza se encontraba rerlativamente lejos del mar y no era capaz de detener los desembarcos. Además era muy fácil llegar hasta arriba sin que el enemigo estuviera descubierto. Tres años después se terminó la guerra con Portugal y las murallas perdieron su protagonismo.
Después de varios intentos de mejorarlas, Vigo sufrió la famosa Batalla de Rande (23-24 de octubre 1702) en plena guerra de Sucesión, donde los invasores desembarcaron y saquearon nuevamente la villa. Después de esto, hubo varios intentos inútiles de fortificación de la ciudad. Cien años después(1809), el castillo de O Castro vuelve a ser protagonista debido a la invasión de los franceses, donde el 28 de marzo, la fortaleza es reconquistada por los vigueses tras una dura y heróica batalla, tras la cual los franceses se rendirían. La villa desde entonces pasa a tener el título de "Fiel, Leal y Valerosa". 
Se dice que desde la fortaleza partían varios túneles que comunicaban con distintos puntos de la ciudad, como con el castillo de San Sebastián, el centro histórico e incluso se cuenta que con el Monte de la Guía situado a más de 3 km, poco antes que el estrecho de Rande. Aún se pueden ver restos en la fortaleza de San Sebastián y hace pocos años se encontraron restos de ellos en la cercana calle de Celso Emilio Ferreiro. Al lado de las murallas del Castillo de O Castro, hasta no hace mucho era perfectamente visible la entrada de uno de esos túneles, donde se cuenta que aquí fueron ejecutados gente durante la Guerra Cívil Española. 
La fortaleza tiene forma poligonal y hoy en día se encuentra abierta al público para el disfrute de sus magníficos jardines, fuentes y esculturas, además de las maravillosas vistas de la ciudad y de la Ría de Vigo.











Las obras de construcción del Castillo se realizaron a la vez que las de las murallas y fuerte de San Sebastián. Fueron realizadas con el objetivo de defender este importante enclave costero del ataque de piratas y, sobre todo, de los portugueses con los que, tras el estallido de la guerra de independencia de Portugal, España estaba en plena guerra.

Según el padre Gándara en su libro "Armas y triunfos de Galicia" las obras del recinto amurallado comenzaron en 1656 con el diseño del entonces capitán general de Galicia Don Vicente Gonzaga. El costo de las defensas se reparte entre la ciudad y el estado español.
Los ingenieros militares Carlos y Fernando de Grunemberg estuvieron en 1665 trabajando en las fortificaciones de Vigo, especialmente en la del Castro y fueron los que propusieron un proyecto de enlace entre los castillos del Castro y San Sebastián. Pero fue el capitán Juan de Villarroel y Prado quien proyectó y dirigió las fortificaciones de Vigo desde su comienzo.
En 1665 estaba construido el primer recinto del Castillo del Castro, y en 1667 el segundo cinturón a modo de falsa braga.
En 1670 en las obras del Castillo del Castro, la primera muralla y la segunda (que era de tierra) estaban completamente terminadas, como se puede apreciar en un plano de la época del conde de Haumanes (para un proyecto que hizo para la unión del Castillo del Castro con el de San Sebastián en ese mismo año).
En 1704 se le añade un tercer recinto, dos años después de que la armada franco-española sufriera un ataque de la armada anglo-holandesa en Rande.
En un plano del Archivo Histórico Nacional (titulado "Planta del Castillo de Vigo que se llama el Castro, como ha de estar, en estado acabado") de 1705 de Eugenio Antonio Doffus Velez D´avila se puede apreciar el castillo completamente acabado. Se compone de tres recintos y un camino cubierto que conduce al reducto de San Felipe (una construcción pentagonal rodeada de una empalizada situada donde ahora hay un parque infantil en la entrada al Castro por su lado Este). 



En 1719 el castillo resistió durante siete días un bombardeo de 34 morteros del ataque inglés, que había desembarcado 5000 hombres en la playa de Samil. Los ingleses consiguieron la rendición negociada de la guarnición y ocuparon y saquearon el castillo llevándose todo el material de guerra.

El castillo fue reparado, ya que la fortificación había quedado seriamente dañada. Aun así, y aunque en 1724 se le construyó un cuartel de infantería para 250 soldados, las fortificaciones habían quedado anticuadas para los tiempos que corrían. A pesar de ello se continuó usando hasta el 28 de marzo de 1964, día en el que fue cedido al Ayuntamiento.
El Ayuntamiento, lejos de conservar lo mejor posible este patrimonio histórico de la ciudad permitió la construcción de edificaciones ilegales y especulativas sobre las murallas inferiores que además taponan las superiores. 



A pesar de que las murallas estaban recogidas como elementos protegidos el Concello permitió la construcción en 1975 del edificio (llamado edificio Montemar), infringiendo la legislación vigente en el momento de su construcción.
Se proporcionó una concesión privada al empresario Alejandro Fernández Figueroa que, además de haber explotado el edificio como el restaurante El Castillo durante tres décadas, se permitió el lujo de realizar obras ilegales como realizar añadidos que afectaron a varios elementos protegidos. 



Después de tres décadas de explotación del edificio Montemar, la concesión finalizó en julio de 2005, y el Concello se encontró con la "difícil" papeleta de dedicir su futuro.
En aquel momento estaba de alcaldesa Corina Porro, e inicialmente hizo pública la decisión del Concello de hacerse con la titularidad del inmueble para destinarlo a usos municipales, como podían ser la celebración de bodas.
Sin embargo esta primera iniciativa fue perdiendo fuerza y cobró protagonismo la idea de destinar el edificio a actividades privadas y municipales a la vez. En la planta baja se explotaría un restaurante y la planta superior se usaría para actividades municipales.
Incluso se pensó en convocar un concurso de ideas, pero éstas no se concretaron y el gobierno popular dio paso a una coalición entre socialistas y nacionalistas.
Hoy, Febrero de 2012, después de mas de un cambio de Gobierno, el edificio Montemar, con su reataurante "El Castillo", siguen en el mismo estado de abandono que hace siete años.


(Fuente: Arquitecturavigo y galiciamaxica.eu)

Vigo - O Castelo de San Sebastián



De O Castelo de San Sebastián solamente quedan los muros del lado norte, con dos garitas, porque un baluarte y dos medios baluartes que se conservaban fueron derribados para construir sobre ellos el palacio Consistorial. Fue construido sobre un montículo, en la parte de abajo de O Castro, en donde se cerraba el recinto abalaustrado que componía las defensas de la plaza militar viguesa. 

En 1665, en plena guerra con Portugal y después de haber sido sitiada por tropas portuguesas durante 6 días, el Condestable de Castilla ordena completar las obras de las murallas de la ciudad y para ello cuenta con la ayuda de los ingenieros militares Carlos y Fernando de Grunemberg, que fueron los que propusieron un proyecto de enlace entre los castillos del Castro y San Sebastián. Pero fue el capitán Juan de Villarroel y Prado quien proyectó y dirigió las fortificaciones de Vigo desde su comienzo.



En el perfil que se conserva en el Archivo de Simancas de 1667, aparece ya reflejado un recinto amurallado con los castillos del Castro y San Sebastián.
Con todo hay que decir que tanto la construcción de las murallas como la de los castillos de San Sebastián y del Castro, nunca proporcionaron demasiada seguridad a los vigueses.
El castillo de San Sebastián se construyó con una notable falta de medios y con mucha prisa (por temor a un posible ataque anglo-portugués), lo que propició que los muros no se hicieran con suficiente consistencia ni que se fortificara el exterior con fosos, caminos cubiertos, rebellines, etc.

Cuando se produjo en 1719 la invasión inglesa la guarnición que defendía el castillo lo abandonó para refugiarse en el castillo del Castro debido a su inseguridad.


En 1719 es declarado en estado ruinoso y prácticamente inservible por Pedro Daubeterre, por lo que el castillo es abandonado.
En 1756 Francisco Llobet realiza un informe en el que señala que sólo servía para encerrar ganado.
En 1800 el fuerte sigue en estado ruinoso y sin puertas.
A principios del siglo XIX se construyó un hospital en su interior y el lienzo de muralla con ángulo entrante que mira hacia la Puerta del Placer se convierte en ángulo saliente para aumentar la superficie interior.
En 1927 el alcalde Mauro Alonso Giménez-Cuenca se planteó la recuperación para Vigo de los castillos del Castro y San Sebastián.


El castillo sirvió de cuartel militar hasta que el 28 de marzo de 1964, siendo alcalde José Ramón Fontán, se entrega al Ayuntamiento de Vigo, gracias a las negociaciones hechas por el anterior regidor Alberto Varela Grandal.







En 1970 el Concello decide derribar el baluarte y los dos medios baluartes para construir en su lugar el nuevo edificio consistorial. El alcalde por aquel entonces era Antonio Ramilo Fernández-Areal tenía la construcción del Pazo municipal como uno de sus objetivos en su programa de actuación municipal.
En 1972 se colocó la primera piedra del edificio, para lo que hubo que eliminar algunos lienzos del muro del castillo.


No sólo los intereses especutalivos privados fueron los responsables de la destrucción del patrimonio culturalarquitectónico vigués. Los sucesivos gobiernos locales también tuvieron mucha culpa en ello.
La construcción del edificio se terminó en 1976 y el 26 de julio de ese mismo año se inauguró con la presencia de los Reyes de España ante unas 60.000 personas que llenaron la plaza del Rey, siendo entonces alcalde de Vigo Joaquín García Picher.
En 1983 se consiguió evitar el derribo de lo que quedaba del castillo de San Sebastián al presentarse una alegación al plan especial de edificios a conservar para que no se pierdiera un bien de valor histórico. En esa misma época también se pudo salvar el colegio Alemán y el puente romano de Castrelos.
A principios de los noventa el Conello consiguió degradar más esa zona al permitir la construcción de un parking subterráneo con la consiguiente remodelación de su superficie. La zona verde que existía delante del edificio del Concello fue eliminada y en su lugar se construyó la actual plaza del Rey.
Tras esa actuación, la zona se convirtió en un lugar aislado y desértico con díficil acceso tanto para el tráfico rodado como para los peatones.

Esta zona, que debería ser uno de los mayores puntos de encuentro de la ciudad, carece de vida y está degradada. Los restos del castillo de San Sebatián son un frecuente punto de encuentro de yonkis y demás gente marginal. La Panificadora y los alrededores del edificio del Concello están abandonados y en estado de semirruina. 




La eliminación del edificio consistorial, la recuperación integral del castillo de San Sebastián, la rehabilitación de la Panificadora, el derribo del edificio de la Gerencia de Urbanismo, la recuperación de los edificios que hay entre el Paseo de Alfonso XII y la plaza del Rey,... ¿sería tan utópico?